La fibra
óptica es una guía de ondas dieléctrica que opera a frecuencias ópticas.
Cada
filamento consta de un núcleo central de plástico o cristal (óxido de silicio y
germanio) con un alto índice
de refracción, rodeado de
una capa de un material similar con un índice de refracción ligeramente menor.
Cuando la luz llega a una superficie que limita
con un índice de refracción menor, se refleja en gran parte, cuanto mayor sea
la diferencia de índices y mayor el ángulo de incidencia, se habla entonces de
reflexión interna total.
En el
interior de una fibra óptica, la luz se va reflejando contra las paredes en
ángulos muy abiertos, de tal forma que prácticamente avanza por su centro. De
este modo, se pueden guiar las señales luminosas sin pérdidas por largas
distancias.
A lo largo
de toda la creación y desarrollo de la fibra óptica, algunas de sus
características han ido cambiando para mejorarla. Las características más
destacables de la fibra óptica en la actualidad son:
- Cobertura más resistente: La
cubierta contiene un 25% más material que las cubiertas convencionales.
- Uso dual (interior y exterior):
La resistencia al agua y emisiones ultravioleta, la cubierta resistente y
el funcionamiento ambiental extendido de la fibra óptica contribuyen a una
mayor confiabilidad durante el tiempo de vida de la fibra.
- Mayor protección en lugares
húmedos: Se combate la intrusión de la humedad en el interior de la fibra
con múltiples capas de protección alrededor de ésta, lo que proporciona a
la fibra, una mayor vida útil y confiabilidad en lugares húmedos.
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